Esta fue la segunda vez que El Otro Yo se presentó en Montevideo, y según contaron los integrantes de la banda la recepción del público fue el doble de intensa que hace un año (julio del '99), cuando tocaron por primera vez en esta ciudad.
Ver en vivo a El otro yo es para algunos una cuestión de piel, de sentimiento hacia la propuesta de una banda que desde el vamos se presenta honesta, simple, transparente. Canciones que hablan de amor, ironizan sobre la realidad, se retrotraen a la inocencia perdida, melodías pop y acordes violentos, rabia contenida y descargada eléctricamente sin prejuicios, música alternativa solo porque no hay bandas parecidas a El otro Yo, pues resulta algo difícil encasillar su música.
La banda liderada por los hermanos Aldana, Cristian (voz y guitarra) y María Fernanda (voz y bajo), junto a Raimundo Fajardo (batería) y Ezequiel Araújo (teclados y samplers) plantea un show muy producido, cuidando al máximo todos los detalles. Un telón enorme de color azul con el logotipo de la banda (dos caras opuestas) y decorado con dibujitos estelares varios que brillan en la oscuridad sirve de marco a los integrantes vestidos con mamelucos naranjas.
El Otro Yo fue anunciado previamente por una grabación con ruidos sónicos que crearon la antesala perfecta, fomentando la inquietud de las más de 300 personas que asistieron a la fiesta. "La música que escuchan todos yo no la escucho", dice y se llama la canción que abrió el fuego de El Otro Yo, un tema incluído en "Abrecaminos", su último CD hasta la fecha. Fue un largo set donde la banda presentó oficialmente este material, catalogado por la crítica y el público como la consagración musical de El Otro Yo. Antes de eso el grupo había debutado discográficamente en 1993 con "Los hijos de Alien", y luego vendrían "Traka Traka" en 1994, "Mundo" (grabado usando un auto Dodge Polara como cabina) en 1995, hasta sorprender con un album triple que es en verdad un disco solista de cada uno de los integrantes de la banda: "El otro yo del otro yo: Esencia", editado en 1997. En 1998 editaron una recopilación de 24 canciones del curioso disco "Esencia" y volvieron con nuevo material y un nuevo integrante en 1999, abriendo nuevos caminos.
"Abrecaminos" significa para El Otro yo que la búsqueda continúa. La banda ha evolucionado musicalmente, experimentando variaciones en el sonido y consolidando un perfil que la distingue de las demás. Con orgullo El Otro Yo se abre de los viejos rótulos que los encasillaban dentro del "nuevo rock argentino", "rock alternativo" o "rock sónico" para construír su propio yo. Y no les faltan motivos, pues El Otro Yo edita sus discos a través de su propio sello discográfico: Besótico Records. El sello trabaja en forma independiente y tiene además en su catálogo el material de otras bandas argentinas como She Devils, Victoria Mil y Sugar Tampaxxx, así como un par de libros: "El mar alado", obra de poemas y escritos del baterista Raimundo Fajardo, y "Entresueños", libro de poemas, cuentos e ilustraciones que publicó la vocalista de la banda, María Fernanda Aldana, el cual viene con un CD para acompañar la lectura.
El otro yo llegó a Montevideo luego de llenar el local Cemento de Buenos Aires durante dos días seguidos, cuando terminaron de grabar su disco en vivo, que saldrá a la calle en los próximos meses. El público los recibió muy cálidamente, cantando cada canción, bailando, y subiendo al escenario a cantar con la banda. El grupo demostró humildad y profesionalismo, creando un ida y vuelta muy especial con la gente, y dejó en claro que en vivo suenan tan auténticos como lo son las letras y la intención de cada uno de sus discos. Un placer verlos en vivo, y un honor que hayan sido parte de la fiesta aniversario de Agítese.
Antes de El otro yo
abrieron la noche dos
bandas uruguayas. La primera, Punto Exe, sorprendió al público
con su propuesta y sonido. Formados hace pocos meses, y con
varios de sus integrantes provenientes de conocidas bandas
uruguayas, impactaron con excelentes arreglos, estribillos
pegadizos y la voz de su vocalista femenina redondeando una
propuesta muy pop, pero a la vez muy poderosa. El bajista, Daniel
Benia, lo fue también de El peyote asesino. El guitarrista, Andrés
Codevila, toca en el grupo Cleptodonte. Irvin Carballo rompe la
batería como lo hiciera con Buitres, e Inés Bergara merece mil
aplausos por ser una de las mejores vocalistas femeninas de
nuestro medio. Además, cada persona que fue a la fiesta recibió
un Cd Demo de Punto Exe de regalo.La segunda banda uruguaya en tocar fue Kirlian, quienes fueron votados por la audiencia de Agítese como Banda Revelación y Mejor Demo 1999, y por tal motivo recibieron los premios Agítese Awards en abril de 2000. Cuando el rock alternativo adquiere identidad, y es capaz de ir más allá de un estilo concreto, conjugar excelentes poesías casi malditas con melodías entre pop y metálicas, cuando un vocalista deja su vida en cada nota y la banda es pura energía en escena, entonces es Kirlian lo que está sonando. Excelente actuación de una de las bandas nuevas más interesantes de nuestra escena actual. Luis Garis en batería, Gabriel Turrielle en bajo, Fernando Muñiz y Daniel Noble en guitarras y Sebastián Casafúa dando su voz y su alma de front-man conforman a Kirlian. El show en La Factoría permitió que la banda aprovechara muy bien el espacio físico y sin duda se lucieron como nunca en un escenario más grande y un sonido más potente. Sorprenden de Kirlian las ganas de transgredir, y así como son capaces de crear un clima de inquietante relax con la brillante "El inquilino", de autoría de la banda y amplia difusión radial como demo, se atreven a recrear el tema "Everything counts", de la banda inglesa Depeche Mode, cambiando los teclados originales de la canción por guitarras distorsionadas al estilo Kirlian. Excelente performance.
"Agítese" dice gracias a todos quienes nos acompañaron en esa noche de fiesta aniversario, y a quienes brindaron su apoyo y difusión para que esto se llevara a cabo. Gracias por estar y ser parte de esto. Esperamos volver a encontrarnos en vivo pronto, pues el rock está en el aire (y ya lleva dos años allí). Salud, y feliz aniversario.